martes, mayo 15, 2007

Acuerdos

Fue de repente extraño voltear y verla sentada ahí, como esperando algo, como primera intención pretendí ignorarla pues debía concentrar mis esfuerzos en lo que realizaba. Sin embargo ella seguía volteando y juzgando mi actividad, podría afirmar que si hubiera tenido lápiz y papel tomaría nota, si, muy atenta, pero cuando cruzaba miradas con ella simplemente se sentía intimidada y miraba en otra dirección.

Vamos, uno no es un don Juan pero era fácil detectar que le interesaba, que en ese momento podría dejar lo que hacía, caminar, mirarla y sin siquiera decirle un hola quitarle la blusa y … bueno, todo lo que sigue.

Pero no podía, simplemente debía seguir con lo acordado.

Cuando me puse de pie, entablamos esa comunicación a través de los ojos, no se si lo interpretó, pero intenté decirle, -si, yo también te cogería-, después de eso sonreímos un poco, le perdí un poco el rastro pues nuevamente me senté y por mi posición perdí contacto directo con ella. Cuando volví a mirarla ya estaba en sus propios asuntos y prestaba poco interés.

Cuando ella terminó exclamó la alegría, esa que te da cuando te salen bien las cosas y por un momento se sintió apenada, después solo lanzó una mirada en forma de pregunta (aún me sorprende cuantos signos se pueden interpretar entre ojos), sin embargo la pregunta no la entendí, y supuse que pretendía retirarse, asentí con la cabeza y se acercó, -yo se que llegamos a un acuerdo, pero la verdad esto no es lo que yo esperaba, si los planes cambiaran, yo estoy donde mismo-, diablos, se desilusionó.

Al poco tiempo que ella se fue terminamos, no puedo decir que ha sido la mejor experiencia que he tenido, pero bueno, mi mujer no es fácil de convencer en estas cosas donde deban intervenir tres.

por seymus

V/01/07

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